Este flujo, localizado en el suroeste del Océano Índico,transporta aguas de elevada salinidad al extremo sur de África, donde parte de ellas escapan al Atlántico Sur, lo que contribuye a la fortaleza de la circulación global en este océano. El trabajo, en el que ha participado Rainer Zahn, profesor del departamento de Física de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) e investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA), describe cómo ese aporte de aguas saladas procedentes del Océano Índico puede compensar la disminución de salinidad en el Atlántico Norte y, por tanto, estabilizar la corriente del Golfo y el clima en Europa.
Combinación de temperatura y salinidad
Para demostrar la dinámica de la corriente de Agulhas, su sensibilidad al cambio climático y la manera en la que transmite sus señales al Atlántico Norte, los investigadores señalan que se necesita la combinación de estudios a largo plazo de cambios en la temperatura y salinidad de la corriente. Es también necesario analizar la respuesta del flujo a cambios climáticos en el pasado y crear modelos de simulación por ordenador de mayor detalle. El artículo revisa los conocimientos actuales y enumera los pasos a seguir con el objetivo de evaluar con mayor detalle los procesos involucrados en este sistema de corrientes, que se han simulado mediante modelos climáticos computacionales.
Subido por: Rafael Navarro Soto
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