sábado, 23 de abril de 2011

¿Por qué los pájaros colisionan tan a menudo con estructuras de fabricación humana?

Numerosas especies de aves son propensas a chocar con estructuras de fabricación humana, muchas de los cuales difícilmente pueden pasarle inadvertidas a cualquier persona con agudeza visual normal o incluso baja.

Entre tales estructuras figuran, por ejemplo, ventanales de edificios, turbinas eólicas y cables eléctricos de alta tensión.

En un estudio reciente se aborda un nuevo enfoque para comprender cómo las aves ven el mundo y por qué les resulta tan difícil esquivar obstáculos tales como turbinas eólicas y cables eléctricos de alta tensión.

Las investigaciones sobre causas de muerte comunes en los pájaros sugieren que las colisiones contra artefactos humanos constituyen la principal causa de muerte en aves por acciones humanas involuntarias.

Las colisiones contra obstáculos pueden incluso agravar de manera crítica el riesgo de extinción que ya afrontan algunas especies. Se ha estimado que en Europa, durante un período de 16 años, aproximadamente el 25 por ciento de los individuos jóvenes y el 6 por ciento de los adultos de la especie Ciconia ciconia murieron al año por colisiones con cables eléctricos y electrocuciones.

Desde una perspectiva humana resulta muy extraño que las aves choquen tan a menudo contra objetos grandes, como si no los vieran, teniendo en cuenta que gozan de una buena capacidad de visión, que necesitan para volar. Sin embargo, las aves viven en un mundo visual diferente al de los humanos.
Para comprender mejor cómo las aves ven el mundo, el profesor Graham Martin de la Universidad de Birmingham acudió a la ecología sensorial, un campo que estudia cómo la información sensorial influye en la conducta de un animal y en sus interacciones con el entorno.

Los resultados de su investigación revelan que existe un conjunto sutil de interrelaciones entre la capacidad visual de un pájaro, su interpretación de la información sensorial y su conducta cuando vuela al aire libre.

Cuando están volando, las aves a veces mueven la cabeza para mirar hacia abajo, ya sea con el campo binocular o con la parte lateral del campo visual de un ojo. Esta conducta hace que durante unos momentos los individuos de ciertas especies no vean nada de lo que tienen enfrente, es decir de la zona hacia la que vuelan.

Cuando un pájaro está cazando, puede dar prioridad a seguir con sus ojos los movimientos de la presa, en vez de mantenerlos fijos hacia delante para vigilar hacia donde vuela él.

Las aves también tienen una gama limitada de velocidades de vuelo, y a muchos pájaros simplemente les resulta imposible volar despacio, ya que perderían sustentación aérea y caerían. Eso hace que les resulte difícil volar con la lentitud que exigiría la cautela, cuando la visibilidad es escasa por la lluvia, la niebla o simplemente una iluminación tenue. Al volar rápido y con poca visibilidad, pueden encontrarse en situaciones en las que no tengan tiempo de esquivar el obstáculo que se interpone ante ellas.


                                Subido por: Kevin Sanchez Alvarez

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